Medio Ambiente

La Triste Realidad Detrás del “Acuerdo Verde” de Colosio en Monterrey2 min read

Monterrey Nuevo LeÓn | La Silla Regia

Una Promesa Olvidada, un Presente Desolador

Monterrey, la ciudad del acero y el progreso, alguna vez soñó con ser también un oasis verde en medio del concreto. Sin embargo, las esperanzas de una urbe más ecológica se desvanecen ante la cruda realidad: el incumplimiento sistemático de las promesas del “Acuerdo Verde” por parte de las autoridades municipales.

Árboles Plantados, Árboles Abandonados

La pintoresca imagen de un puente teñido de verde entre el Parque Fundidora y el Parque España solo sirve para camuflar la triste verdad: la negligencia imperante en el cuidado de la vegetación urbana. Los árboles, una vez plantados con pompa y ceremonia, son olvidados a su suerte, dejados secar por la indiferencia de quienes prometieron protegerlos.

Los testimonios de los ciudadanos son reveladores. Vecinos como Pablo Treviño, de la Colonia Valle de Infonavit, relatan cómo los árboles plantados por el municipio murieron por falta de riego. El biólogo Roberto Chavarría confirma lo evidente: los árboles están muertos desde hace tiempo, víctimas de la negligencia oficial.

El “Acuerdo Verde” como Fachada

En el 2022, el Alcalde Luis Donaldo Colosio presentó el “Acuerdo Verde” como un ambicioso plan contra el cambio climático, incluyendo la reforestación de plazas y parques en varias colonias de la ciudad. Sin embargo, entre julio del 2022 y mayo del 2023, la realidad se impone: de los mil 267 árboles plantados, la mayoría están muriendo.

Ante la inacción oficial, son los propios ciudadanos quienes toman las riendas. Vecinos como Elidio Rivas se convierten en guardianes de la naturaleza, regando los árboles abandonados por el municipio. Sin embargo, su esfuerzo es insuficiente frente a la magnitud del abandono oficial.

Un Futuro Incierto para Monterrey

Con 200 mil árboles faltantes para alcanzar estándares internacionales, la perspectiva de un Monterrey verde parece cada vez más lejana. Mientras tanto, la indignación crece entre los habitantes, quienes ven cómo las promesas se desvanecen entre ramas secas y sueños rotos. En la jungla de concreto, la naturaleza lucha por sobrevivir mientras las autoridades miran hacia otro lado.

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