En los últimos días, el Gobernador Samuel García ha vuelto a acaparar la atención pública, pero no precisamente por buenas razones. En esta ocasión, su contradicción es más evidente que nunca, y los ciudadanos no podemos quedarnos callados.
Críticas a El Bronco en 2020
En el año 2020, durante el auge de la pandemia de Covid-19, el entonces gobernador Jaime Rodríguez Calderón, conocido como “El Bronco”, decretó un toque de queda para intentar controlar la propagación del virus. Samuel García, quien en ese momento era senador y aspiraba a la gubernatura, fue uno de los críticos más acérrimos de esta medida. Con cita a la Constitución en mano, García argumentó que “es ilegal que un gobernador decrete un toque de queda, ya que dicha facultad solo le corresponde al Congreso de la Unión”. Sus palabras resonaron en medios y redes sociales, y dejó claro que, para él, cualquier toque de queda era una violación a los derechos ciudadanos y una muestra de autoritarismo.
La Contradicción de Hoy: Toque de Queda por el Ciclón Alberto
Fast forward a 2024, y la historia parece estar repitiéndose, pero con Samuel García en el papel principal. Ante la llegada del ciclón Alberto, el actual gobernador ha decidido, sin consulta ni previo aviso, imponer un toque de queda a la ciudadanía. Esta medida, que él mismo tildó de ilegal y autoritaria hace cuatro años, ahora la aplica sin titubear, dejando a miles de personas varadas y generando un caos en la ciudad.
La Inconsistencia del Gobernador
El peor enemigo de Samuel García, como siempre, son sus propias palabras. ¿Recuerdan cuando en 2020 criticó el toque de queda como medida de seguridad por el rebrote del Covid-19? Pues parece que él no lo recuerda, porque hoy, sin previo aviso y autoconcediéndose permiso, decretó un toque de queda que dejó varados a miles de personas en la ciudad. Es clarísimo que las acciones de Samuel no se deben solo a su ineptitud, sino a su malicia.
La Necesidad de Coherencia y Responsabilidad
Es fundamental que nuestros líderes actúen con coherencia y responsabilidad, especialmente en momentos de crisis. La ciudadanía no puede confiar en un gobernador que cambia de postura según le conviene y que utiliza medidas autoritarias a discreción, olvidando sus propias críticas del pasado. Exigimos una explicación y, sobre todo, una actuación congruente con los principios democráticos que él mismo ha defendido cuando le ha convenido.
Array