El tráfico escolar ha vuelto al centro de la discusión en Nuevo León luego de que el Gobierno estatal señalara a los colegios privados y a los padres de familia como los principales responsables del congestionamiento vehicular en la zona metropolitana. Esta afirmación fue realizada por el secretario de Educación, Juan Paura García, quien aseguró que la mayoría de los embotellamientos se originan a las afueras de las escuelas privadas, en donde cada familia lleva a sus hijos en autos particulares.
Estas declaraciones han generado diversas reacciones, principalmente porque surgen en un contexto donde el transporte público enfrenta constantes críticas por su falta de cobertura, fallas técnicas y la inseguridad que padecen quienes lo utilizan. Mientras tanto, no se han anunciado medidas claras por parte de la administración estatal para reducir el tráfico escolar o mejorar las opciones de movilidad para estudiantes y padres.
La postura del Gobierno ha sido interpretada por muchos como una forma de evadir la responsabilidad de implementar soluciones efectivas en materia de infraestructura y movilidad. Más allá de identificar un problema evidente, las autoridades no han ofrecido propuestas concretas para enfrentarlo, lo que ha generado molestia entre diversos sectores de la población.
Señalan a colegios privados
Durante una entrevista, Juan Paura explicó que el análisis realizado por la Secretaría de Educación indica que tan solo el 22% de los planteles educativos en la zona metropolitana son responsables de una parte significativa del tráfico vehicular. Según los datos oficiales, de las más de 6 mil escuelas que existen en el área, alrededor de 1,333 corresponden a instituciones privadas, y son estas las que estarían generando mayores afectaciones a la vialidad.
La observación de Paura resalta que en más del 90% de los casos en colegios privados, los alumnos son llevados por un solo adulto en vehículo particular. Esta dinámica, según el funcionario, agrava los congestionamientos viales durante los horarios de entrada y salida escolar. No obstante, el dato no ha sido acompañado de un análisis profundo sobre las razones por las cuales los padres prefieren esta modalidad de traslado.
Muchos ciudadanos señalan que el tráfico escolar no puede ser explicado únicamente por el tipo de escuela o el número de estudiantes por vehículo. El problema, afirman, está vinculado también con la falta de rutas de transporte público eficientes, la inseguridad en calles y avenidas, así como la limitada infraestructura peatonal que impide que los niños lleguen caminando a sus escuelas.
COLEGIOS PRIVADOS, CULPABLES DEL CAOS VIAL EN MONTERREY, ASEGURA EL SECRETARIO
— Hora Cero Web (@horaceroweb) September 4, 2025
El secretario de Educación en la entidad, Juan Paura García, culpó los planteles educativos privados del caos vial y congestionamientos en la zona metropolitana de Monterreyhttps://t.co/aTrKQhIiaw pic.twitter.com/gp42vLrRpJ
Falta estrategia de movilidad
Más allá de identificar a los colegios privados como responsables del tráfico escolar, el Gobierno estatal no ha planteado soluciones estructurales para enfrentar el problema. Hasta ahora, no se ha dado a conocer ningún plan para implementar rutas escolares seguras, carriles exclusivos para ascenso y descenso o programas de transporte colectivo para estudiantes.
Especialistas en movilidad urbana han señalado que señalar a los padres de familia o a los colegios como únicos responsables es una visión reducida del problema. El fenómeno del tráfico escolar responde a un sistema de movilidad colapsado, donde la falta de opciones obliga a miles de familias a depender del auto particular como única vía segura y viable para llevar a sus hijos a la escuela.
Además, la infraestructura urbana no ha evolucionado al ritmo del crecimiento de la ciudad. Calles angostas, falta de señalización y ausencia de agentes viales en horas pico complican aún más la situación en las inmediaciones de los centros educativos, tanto públicos como privados. Frente a esto, la respuesta oficial ha sido limitada, sin proyectos integrales que consideren todos los factores en juego.
Padres responden a señalamientos
Las reacciones por parte de los padres de familia no se hicieron esperar. Muchos consideran injusto que se les responsabilice del tráfico escolar sin que se tomen en cuenta las condiciones actuales del transporte público o de seguridad. Varios padres argumentan que, ante la falta de confianza en camiones o rutas urbanas, el uso del auto es la única forma de garantizar que sus hijos lleguen seguros a la escuela.
Incluso algunos representantes de asociaciones de padres han exigido al Gobierno estatal que, en lugar de culpar a la ciudadanía, invierta en transporte escolar público, mejore la infraestructura vial y refuerce la vigilancia en zonas escolares. “No es que no queramos usar transporte público, es que no hay una opción viable ni segura”, fue una de las respuestas más comunes.
En redes sociales, la conversación también se ha vuelto tendencia. Mientras algunos apoyan la idea de promover traslados compartidos entre familias para reducir el número de autos en circulación, otros insisten en que el verdadero problema está en la falta de planeación urbana y en la ausencia de visión integral para enfrentar el tráfico escolar.
Una oportunidad para mejorar
Si bien el señalamiento del Gobierno ha causado controversia, también abre la puerta a una conversación necesaria sobre la movilidad en torno a los planteles educativos. Expertos proponen que el Estado implemente programas de transporte escolar gratuito o subsidiado, así como campañas para fomentar los “carpools” entre padres y rutas seguras para ciclistas y peatones.
También se ha sugerido que las escuelas privadas adopten horarios escalonados de entrada y salida para evitar la saturación de vialidades en horas pico. Otra alternativa sería la habilitación de zonas de ascenso y descenso bien señalizadas y con supervisión permanente para evitar dobles filas y bloqueos viales.
Lo cierto es que mientras no se implementen medidas concretas, el tráfico escolar seguirá siendo una de las principales causas de congestión en Monterrey y su zona metropolitana. La responsabilidad, entonces, no puede recaer solo en los padres, sino que debe asumirse como un problema colectivo que requiere coordinación entre gobierno, instituciones educativas y ciudadanía.
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