El peso mexicano continúa con su tendencia de recuperación frente al dólar estadounidense y este martes alcanzó su mejor nivel en lo que va del 2025, al ubicarse en $19.26 pesos por unidad. Esta cifra no solo representa una apreciación respecto al cierre anterior —cuando la moneda se cotizaba en $19.32— sino también el nivel más alto registrado en los últimos siete meses y medio.
Este tipo de movimiento no es común en una economía como la mexicana, altamente expuesta a factores externos, y menos aún en un año marcado por la incertidumbre financiera en los mercados internacionales. La última vez que se registró un tipo de cambio tan favorable fue en octubre de 2024, cuando el dólar se ubicó en $19.21 pesos, lo que refleja la fortaleza reciente de la divisa nacional.
El retroceso del dólar frente al peso se ha consolidado durante dos jornadas consecutivas, acumulando una baja de 0.28% solo en las últimas 24 horas. Sin embargo, esta caída no ocurre de manera aislada, sino que responde a un complejo entramado de factores internacionales, políticos y económicos que están reconfigurando la percepción sobre la estabilidad del billete verde.
Factores que debilitan al dólar
Uno de los elementos clave que explican esta depreciación del dólar frente a varias monedas del mundo, incluido el peso mexicano, es la reciente decisión de Moody’s de reducir la calificación crediticia de Estados Unidos. La agencia de calificación justificó su decisión señalando el deterioro fiscal de ese país, así como la falta de medidas claras para contener el crecimiento de su deuda pública.
El creciente déficit fiscal estadounidense ha encendido las alertas entre los inversionistas, quienes perciben un mayor riesgo en el futuro económico de ese país, lo que debilita la confianza en su moneda. A esta preocupación se suma el posible regreso de políticas fiscales expansivas promovidas por Donald Trump, quien ya ha planteado propuestas que incluyen fuertes recortes de impuestos sin acompañarlos de medidas que compensen la pérdida de ingresos públicos.
Estas propuestas han generado dudas entre los mercados sobre el rumbo que podría tomar la economía estadounidense en caso de que dichas políticas se implementen. En este contexto, el dólar ha sido la moneda con peor desempeño entre los principales pares internacionales durante la última semana, con una caída acumulada del 0.65%. En su cruce con el peso mexicano, ha hilado tres jornadas consecutivas a la baja, con un retroceso de 0.85% en siete días.
Analistas internacionales advierten que, de continuar esta tendencia, el dólar podría mantenerse débil frente a monedas emergentes como el peso, lo que beneficiaría temporalmente a la economía mexicana en términos de tipo de cambio, aunque también podría traer presiones a las exportaciones.
Expectativa local y comportamiento del mercado
Del lado mexicano, los mercados se mantienen a la expectativa de nuevos indicadores económicos que podrían reforzar la confianza en la economía nacional. Entre los datos más relevantes que se esperan esta semana se encuentran las cifras de ventas minoristas, la inflación de la primera quincena y la revisión del Producto Interno Bruto (PIB).
En particular, el dato de inflación ha sido un tema de seguimiento constante por parte del Banco de México, que ha mantenido una política monetaria restrictiva en busca de controlar los precios. Se proyecta que el indicador muestre una ligera baja, lo que podría fortalecer la narrativa de que la economía mexicana está entrando en una fase de mayor estabilidad.
También se espera que el crecimiento del PIB muestre señales de solidez moderada, lo que podría reforzar la confianza de los inversores nacionales e internacionales en los fundamentos de la economía mexicana. Si estos datos cumplen con las proyecciones, el peso podría sostener su racha positiva y cerrar la semana con nuevos avances frente al dólar.
No obstante, no todo es optimismo. Algunos especialistas advierten que, aunque el peso mexicano ha mostrado resistencia y fuerza frente al dólar, esta situación no debe entenderse como permanente ni desligada de riesgos. La economía nacional sigue sujeta a los vaivenes internacionales, a las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, y a los efectos que pueda tener la política electoral en ambos países durante este año.
Proyecciones sobre el peso mexicano
El Banco de México mantiene su previsión para el tipo de cambio en 2025 con una cotización promedio que se ubicará entre los $20.24 y los $20.69 pesos por dólar, lo que sugiere que la reciente apreciación del peso podría ser temporal. La proyección toma en cuenta una posible moderación en el crecimiento económico, así como ajustes en las tasas de interés, tanto a nivel local como en Estados Unidos.
A pesar de las cifras actuales, el consenso en los mercados financieros indica que es probable que el peso enfrente cierta volatilidad conforme se acerquen las elecciones presidenciales en México y Estados Unidos. Estos comicios, además de redefinir el panorama político, también podrían modificar de forma importante las políticas económicas que rigen actualmente.
Por lo tanto, aunque la apreciación reciente del peso ha sido bien recibida por los mercados, los analistas recomiendan cautela y seguimiento constante de las variables macroeconómicas globales.
En resumen, el fortalecimiento del peso mexicano frente al dólar es resultado de una combinación de factores internacionales —como la pérdida de confianza en la política fiscal estadounidense— y de un entorno local que, al menos por ahora, se mantiene relativamente estable. La evolución del tipo de cambio en los próximos meses dependerá de la capacidad del gobierno mexicano para mantener esa estabilidad interna y de los cambios que puedan surgir en el entorno financiero global.
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