- Retrasos Que Agravan La Crisis Ambiental Del Estado
- Medidas Alternas Que No Compensan La Falta De Resultado
La confirmación de que la Refinería de Cadereyta tardará dos años más en reducir sus emisiones reactivó las críticas sobre la mala calidad del aire y la falta de resultados del gobierno estatal. El anuncio expuso, nuevamente, que la contaminación en Nuevo León sigue acumulándose tras años sin soluciones de fondo durante la administración de Samuel García. La expectativa de mejoras queda lejos, mientras la población continúa respirando niveles dañinos.
Retrasos Que Agravan La Crisis Ambiental Del Estado
Durante la Glosa del Cuarto Informe, el Secretario de Medio Ambiente estatal explicó que la modernización interna de la Refinería de Cadereyta continúa en proceso. Sin embargo, indicó que los trabajos concluirán en un plazo estimado de dos años. Esta proyección despertó inconformidad, ya que prolonga una problemática que ha deteriorado la calidad del aire por décadas. Además, profundiza la percepción de que la administración de Samuel García no ha logrado avances contundentes.
El funcionario mencionó la rehabilitación de dos desulfuradoras. Afirmó que estos equipos buscan capturar gases de azufre, uno de los contaminantes más agresivos emitidos por la refinería. Aunque reconoció la importancia de este proyecto, admitió que llevará tiempo completarlo. Esto significa que la contaminación en Nuevo León seguirá siendo crítica incluso en zonas densamente pobladas del área metropolitana.
Por otro lado, la ciudadanía cuestionó la lentitud del proceso. Consideran que dos años es un plazo excesivo para una crisis que afecta la salud pública de forma inmediata. La falta de resultados visibles bajo el gobierno de Samuel García alimenta la percepción de que las medidas no responden a la urgencia del problema. El anuncio reflejó la brecha entre las expectativas sociales y la capacidad estatal para ejecutar soluciones rápidas.

Un Problema Históricamente Ignorado Por Diversas Administraciones
Especialistas coincidieron en que la refinería presenta problemas estructurales severos. Indicaron que la Refinería de Cadereyta trabaja con combustóleo, enfrenta fugas constantes y opera con procesos poco eficientes. Estas condiciones complican cualquier intento de reducir la contaminación en Nuevo León en un plazo corto. Por ello, cuestionaron que el gobierno de Samuel García insista en plazos tan prolongados, en lugar de plantear estrategias más agresivas.
Además, recordaron que desde marzo los expertos señalaron que la planta necesita una “cirugía mayor”. Esto implica inversiones profundas y una renovación completa de varios sistemas internos. Según estos análisis, el mantenimiento actual no basta para revertir años de emisiones acumuladas. Esta perspectiva reavivó el debate sobre la posibilidad de cerrar la refinería, una opción que se ha discutido desde hace décadas.
Asimismo, se resaltó que el deterioro de la calidad del aire no es un fenómeno reciente. De hecho, forma parte de una cadena de omisiones y postergaciones por parte de gobiernos estatales y federales. Sin embargo, la actual administración enfrenta presión adicional porque la crisis ambiental se ha agravado durante el periodo de Samuel García, sin mostrar reducciones sostenidas en los índices de contaminación registrados.
Intentos De Coordinación Federal Que No Aceleran El Problema
El Secretario señaló que existe diálogo con la Semarnat, la Secretaría de Energía y Pemex. Aseguró que se busca avanzar en conjunto para mejorar las condiciones de la Refinería de Cadereyta. No obstante, reconoció que no hay un mecanismo para acelerar el proceso. Esta limitación generó inconformidad entre organizaciones civiles, que esperaban anuncios más concretos.
Además, mencionó que trabajan con la Federación para actualizar normas de combustibles. Estas medidas permitirían que el estado acceda a gasolinas más limpias. Aunque esto ayudaría a disminuir la contaminación en Nuevo León, los beneficios se verían reflejados hasta el próximo año. Así, la población seguirá expuesta a emisiones que ya han sido catalogadas como peligrosas por especialistas en salud pública.
Por otro lado, el gobierno de Samuel García enfrenta cuestionamientos por no exigir con mayor firmeza acciones inmediatas a Pemex. Activistas señalaron que el nivel de gravedad requiere decisiones drásticas, algo que no se refleja en la estrategia actual. En ese sentido, consideran que las medidas de coordinación anunciadas no responden a la magnitud de la problemática.

Medidas Alternas Que No Compensan La Falta De Resultado
Como parte del plan ambiental, el Secretario anunció avances con la empresa Zinc Nacional. Afirmó que la compañía trasladaría parte de sus procesos fuera de la zona metropolitana. Además, reforestaría áreas internas y construiría un domo para contener partículas. Aunque estas acciones suman al esfuerzo general, especialistas alertaron que no compensan el impacto de la Refinería de Cadereyta en la contaminación en Nuevo León.
En efecto, la población exige soluciones visibles, inmediatas y medibles. Sin embargo, los anuncios relacionados con otras fuentes industriales generan la impresión de que se intenta desviar la atención del problema principal. Los ciudadanos consideran que el gobierno de Samuel García no ha presentado una estrategia robusta para enfrentar la contaminación proveniente de la refinería.
Finalmente, señalaron que cualquier intervención alterna será insuficiente si no se atiende el origen del deterioro ambiental. La refinería es una de las principales generadoras de emisiones en el área metropolitana. Por ello, la expectativa de resultados dentro de dos años crea un escenario de frustración colectiva y percepción de abandono institucional.
Refinería de Cadereyta debe 500 millones de pesos a Agua y Drenaje https://t.co/s5BdAoGRrg
— Eduardo Mtz (@memd24) November 20, 2025
Dos Años Más De Aire Dañino Para Nuevo León
La confirmación de que la Refinería de Cadereyta tardará dos años en reducir sus emisiones profundizó el descontento social. La población percibe que la contaminación en Nuevo León continuará siendo elevada y sin mejoras visibles. Además, consideran que la administración de Samuel García no ha respondido con la urgencia que la crisis ambiental requiere.
Este panorama reafirma la necesidad de replantear la estrategia ambiental estatal. Mientras no existan resultados contundentes, la ciudadanía seguirá cuestionando las decisiones del gobierno. Los próximos dos años serán decisivos, pero también preocupantes para quienes consideran que el tiempo se agota.
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